En las últimas dos décadas, las redes móviles han evolucionado de simples herramientas de comunicación a motores de transformación social, económica y cultural. Desde la llegada del 3G hasta la consolidación del 5G y el despliegue de tecnologías emergentes como el 6G experimental , la conectividad móvil ha reconfigurado la manera en que las personas trabajan, se relacionan, acceden a la información y consumen servicios. La penetración global de smartphones y la expansión de la cobertura móvil han eliminado barreras geográficas y sociales, permitiendo que millones de personas accedan a servicios financieros, educativos y sanitarios por primera vez. En zonas rurales y en países en desarrollo, las redes móviles han sido clave para reducir la brecha digital y fomentar el emprendimiento. “La red móvil no solo conecta dispositivos, conecta personas, ideas y oportunidades. Hoy, una pequeña empresa puede operar desde cualquier lugar del mundo gracias a la conectividad móvil”...

En un giro inesperado, los principales fabricantes de smartphones han dejado de competir en una carrera por especificaciones de hardware cada vez más avanzadas. En lugar de centrarse en aumentar la potencia de procesadores y mejorar cámaras, la nueva tendencia apunta a una revolución en el ámbito del software. Expertos de la industria sugieren que esta transformación responde a una demanda creciente de experiencias de usuario más fluidas y personalizadas. Los fabricantes han llegado a la conclusión de que la clave para cautivar a los consumidores no reside únicamente en el hardware de vanguardia, sino en la optimización del software para ofrecer funciones innovadoras y una mayor eficiencia. Empresas como Apple, Samsung y Google han redirigido sus recursos hacia el desarrollo de sistemas operativos más avanzados y funciones inteligentes que transformen por completo la manera en que interactuamos con nuestros dispositivos móviles. La inteligencia artificial y el aprendizaje automático es...